Cartas para Ultramares (2019)
En Cartas para Ultramares busco recoger fragmentos de mi cotidiano latinoamericano, urbano y de clase media, creando una antología de los malestares que surgen de este paisaje tensado por los ecos del colonialismo y las presiones del capitalismo globalizado.
Mientras los modelos extranjeros de progreso silenciosa (pero violentamente) dan forma al entorno, nos quedamos sin puntos de referencia y sin terreno sólido sobre el que caminar. De los árboles a los edificios, todo parece ser una función de esta cultura cuyo único propósito es estimular el consumo, pero que se limita a replicar.
La espuma heterogénea del antropoceno se expande, sofocando todo, sin dejar espacio para la contemplación o la crítica. Asfixiados, quedamos aplastados entre la belleza de la visión y la furia de la realidad y es cada vez más difícil navegar en este escenario hipercodificado, aunque vacío.
Observando cuidadosamente estas ausencias que me acercan, busco una nueva cartografía que me permita modular la tensión inevitable que resulta de vivir en este entorno donde se crean lazos y memorias en medio (y, a veces, partiendo de) intensa interferencia cultural.
Este proyecto se produjo en parte bajo en el contexto de Parallel, una plataforma europea de fotografía.
Cartas para Ultramares (proposta expositiva) (2020)
2020 a
individual
Propuesta de instalación, 290x97cm
9 imágenes impresas en pigmento sobre papel
(Maqueta virtual)
Letters to Overseas es una propuesta de instalación que combina imágenes producidas como parte del proyecto homónimo. La obra consta de 9 imágenes impresas en pigmento sobre papel, la mayor mide 33x43cm y la otra 23x30cm. En la propuesta presentada, las imágenes se disponen en 2,9 m de ancho y 97 cm de alto, pero la obra puede reconfigurarse (en cierta medida) en función del espacio disponible.
Bem-te-vi e bananeira (proposta expositiva) (2020)
2020 a
individual
Propuesta de instalación 340x81cm
4 imágenes impresas en pigmento sobre papel y audio ambiental en loop
(Maqueta virtual)
Bem-te-ví e Bananeira es una propuesta de instalación, producida como parte del proyecto Cartas para Ultramares, que combina collages digitales y una pieza sonora, creada en colaboración con la compositora Zazá. La obra se compone de 4 imágenes impresas en pigmento sobre papel (de 81x63cm cada una) y una pieza de audio (de 7 minutos de duración, reproducida en bucle). En la propuesta presentada, las imágenes se disponen sobre 3,40m en un ambiente preferiblemente oscuro, pero la obra puede reconfigurarse (en cierta medida) en función del espacio disponible.
Me encontré con un plátano en el estacionamiento vacío de un gran estadio de fútbol. Configuré el trípode, ajusté la composición y la exposición a mi preferencia y cliqué. Cuando revisé la imagen, un pequeña mancha negro, casi indistinguible del pequeño visor de la cámara, me molestó. ¿Estaba sucia la lente? O peor, ¿el sensor? No. Un pajaro bienteveo había cruzado el tablero en el momento del click.
La obra presenta 4 collages digitales construidos a partir de esta fotografía. La pieza sonora, compuesta en colaboración con Zazá, yuxtapone elementos como el canto de bem-te-vi y discursos políticos que impactan en nuestro momento histórico, ambos alterados digitalmente hasta el punto de privarlos de familiaridad. La pieza sonora, ademas, es el soporte para 6 poemas, compuestos como parte del proyecto.
La obra busca, a través de sus componentes sonoros y visuales, potenciar la agencia del ave autóctona que se impuso en la composición. Creando una atmósfera de incomodidad y extrañeza, el trabajo se propone acentuar la oposición entre el bienteveo nativo y el banano, símbolo exótico de interferencia latente en los ecosistemas latinoamericanos.
Notes on Space (20/08/2020)
Odesa Photo Days
Odessa, Pol?nia
20/08/2020 a 01/10/2020
individual
Notes on Space es una exposición comisariada por Tytus Szabelski e organizada por Odesa Photo Days, en Polonia, en el marco del 3er ciclo de la plataforma Parallel. La muestra, que presenta Cartas para Ultramaraes de Gustavo Balbela, "pretende lanzar luz sobre diferentes elementos" de la relación entre el espacio y sus habitantes. "Desde la alegría y la creatividad de los niños, creando espacios imaginarios a partir de ciertos elementos, hasta el papel muy instrumental atribuido a los trabajadores de la construcción. Y desde las interacciones abstractas con el entorno, hasta los barrios suburbanos artificialmente saturados ideológicamente. El espacio fue y es politizado, con prejuicios de género, y puede que lo sea aún más en el futuro, si lo llenamos con inteligencia artificial, alimentada por datos sesgados recopilados en el pasado y el presente. Pero hoy todavía vemos que nuestras ciudades, pueblos y aldeas cambian debido a la voluntad de los políticos, ideología o grandes inversiones privadas, destruyendo lo que antes era público y común".
En el ensayo de la exposición, Tytus comenta que si bien “el suelo sobre el que construimos nuestra realidad está temblando, el mundo no dejará de globalizarse. La economía capitalista, el modo de "producción espacial", como dijo Henri Lefebvre, hizo que nuestras ciudades parecieran tan similares como probablemente nunca antes. En Europa del Este, de donde yo vengo, solíamos llamar a este proceso “modernización”. Durante años, hemos oído hablar de la necesidad de llegar a Occidente en todos los aspectos. Y este proceso se ve vívidamente en el espacio urbano. Pero de alguna manera, lo que parece más importante son las apariencias. Desde las metrópolis más grandes hasta las ciudades del interior, se gastaron decenas de millones en renovación, renovación, revitalización, etc. Aún así, la falta de profundas mejoras estructurales resultó en la toma del poder por populistas conservadores y reaccionarios.
Los cambios estéticos, por otro lado, parecen ser suficientes solo para aquellos que ya son privilegiados en una sociedad determinada. Vivir en un vecindario adinerado que parece haber salido directamente de un suburbio estadounidense no es una mejora, ya sea en Europa del Este o América del Sur, es una confirmación de su estatus social y económico. Construidos con un espíritu de mimetismo poscolonial, estos espacios afirman que hay algún patrón definitivo, en el exterior, que aspiramos a repetir. Para cambiar la división del trabajo, el poder, la riqueza y las habilidades, se necesitan cambios estructurales reales en el espacio político, social y material".
La exposición (que también contó con las obras de David Barreiro, Caroline Kolkman, Carola Lampe y Sara Perovic) fue trasladada a internet debido a la pandemia COVID-19. Además de la exposición virtual y la publicación de un catálogo impreso, Odesa Photo Days también acogió una inauguración virtual con la participación de los comisarios que se pueden ver a continuación.